MADRID | Lunes, 01 de marzo de 2020
Ha pasado prácticamente un año que ha parecido cinco. Han cambiado muchas cosas, demasiadas, y a cualquier cambio, aunque sea a mejor, siempre le viene asociada una resistencia más o menos numantina, que lo que en realidad esconde son miedos, inseguridades y limitaciones que o vences, o mueres.
Además, el confinamiento, primero el voluntario y luego el responsable, nos ha teutonizado la vida y, al menos a mí, me sobra día y no hay peor cosa, insisto, para mí, que tener demasiado tiempo para pensar. Por eso me busco todo tipo de «chollos», para que cuando haya terminado con todos no sea otra hora que la de caer redondo.
Cuando pienso, lo hago todo el rato en español y a base de preguntas. Dudo, dudo mucho y de todo lo divino y lo humano y, además, literal, lo que pasa que lo humano, siendo menos trascendental, tiene muchas más aristas que raspan. La vida familiar y de pareja, el desafío presente y futuro de la paternidad, la Radio, el periodismo en general, el reciclaje hacia una realidad que ya está aquí y, a la vez, estar por venir… Como lo personal es mío y a ti te debe interesar -3, hablemos de lo otro.
He de confesar que, por primera vez, a los casi 42, me he visto ampliamente superado (porque por delante va siempre) por el mundo de las tecnologías y las redes sociales, aunque estoy seguro que me acabaré poniendo al día porque es que, además, no me va a quedar otro remedio. Porque, aunque la elaboración del producto radiofónico siga estando especialmente encaminada a satisfacer oídos, asumo que, hoy en día, no se puede descuidar un estuchado que favorezca su entrada por otros sentidos y su consumo en cualquier momento y en cualquier lugar. Es la convivencia del fuego lento de la tradición con lo mini, lo congelado, lo enlatado e, incluso, con el trampantojo de la vanguardia.
¿Es necesario televisar la Radio? ¿Toda la Radio? ¿Qué Radio? ¿Video’ll kill the Radio Star? ¿La interactuación de los oyentes en redes sociales debe marcar de alguna manera la elección de los contenidos, lo que haces o lo que dices? ¿Dónde está la frontera entre «el oyente de siempre» y «el oyente de ahora»? ¿Es de edad? ¿De edad mental o de D.N.I.? ¿Los jóvenes escuchan la Radio? ¿Lo hacen también para informarse o sólo para entretenerse? ¿Me gusta la Radio deportiva que se hace ahora? ¿Se puede hacer otra con los medios y, sobre todo, las posibilidades de acceso a los eventos y a los protagonistas que se nos dan en este momento? ¿Yo qué tal lo hago? ¿Tendría que hacer más cosas? ¿Mi tono y mi gestión del tiempo y de la antena, cuando me toca, son correctas? ¿Qué es lo correcto? ¿Hay que ser tan correcto siempre? ¿Debes ser fiel al formato que heredas cuando sustituyes a un comunicador que es el mejor del momento y uno de los mejores de la historia? ¿Debería exhibir más conocimiento de aspectos técnicos del Fútbol, que es el deporte que pita, incluso formándome específicamente para ello o tendría que desmarcarme y apostar por la especialización plena en otro deporte? ¿Qué tal si me centro en desarrollar algo mi marca personal? ¿Debería sacarle más partido a mis redes sociales? ¿Tendría que diversificar más mis servicios? ¿Significaría eso «serle infiel» a COPE y a la Radio?
Pues así está mi cabeza un día cualquiera en el sofá que dice mi mujer que me engulle, caminando, en metro o en autobús. Y esta es sólo una de las carpetas del disco duro.
Quiero pensar también que hacerse todas estas preguntas es bueno. Que significa que la Comunicación y la Radio son algo vivo, que me obliga a “estar vivo” para adaptarme a ellas, pero, al menos yo, necesito ir encontrando respuestas que me resulten convincentes para que en mi azotea vaya quedando sitio para preguntas nuevas. Algunas las tengo que tener yo. Otras las tenéis vosotros y la mayoría me da a mí que no las tiene nadie porque son fenómenos en la segunda acepción de la palabra, cosas extraordinarias y sorprendentes a las que habrá que adaptarse sobre la marcha.
Que arranque de Marzo te has pegado Heriberto
Enhorabuena por todo y a seguir así
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Te haces preguntas interesantes. Te puedo dar mi opinión sobre algunas. Por ejemplo, lo que hace Joseba en el oasis los viernes puede ser un referente, pues hace algo distinto al partidazo de Juanma y seguramente tenga un público distinto, quizás tengas que darle otro toque a las retransmisiones que tú haces, añadir cosas nuevas. También creo que es bueno que los comentaristas sepan el reglamento, a veces escucho auténticas barbaridades incluso por parte del «árbitro» Pedrito.
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